Ataque de ransomware WannaCry

El ataque del ransomware WannaCry fue un ciberataque devastador que tuvo lugar en mayo de 2017 y que afectó a más de 200.000 ordenadores en más de 150 países de todo el mundo. Este malware altamente sofisticado, conocido como WannaCry, aprovechó una vulnerabilidad del sistema operativo Windows, lo que le permitió propagarse rápidamente por las redes e infectar los ordenadores. El ataque fue particularmente devastador debido a su capacidad de propagarse automáticamente, sin necesidad de interacción del usuario, lo que lo hizo casi imposible de contener. El ataque WannaCry fue notable no solo por su escala y velocidad, sino también por sus posibles consecuencias. El malware exigía un rescate en Bitcoin y amenazaba con eliminar archivos si no se realizaba el pago dentro de un plazo determinado. El ataque puso de relieve la importancia de las actualizaciones de software oportunas y la necesidad de medidas de ciberseguridad sólidas para prevenir este tipo de ataques. El ataque WannaCry también provocó un aumento significativo de la concienciación y la inversión en ciberseguridad, ya que los gobiernos y las organizaciones de todo el mundo se apresuraron a contener la propagación del malware y prevenir futuros ataques.