
El impuesto al carbono en Suecia
ConceptoSobre
El impuesto al carbono de Suecia es un instrumento económico diseñado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la imposición de una penalización financiera a las actividades que emiten dióxido de carbono. Introducido en 1991, es uno de los primeros y más elevados impuestos al carbono a nivel mundial, actualmente fijado en 1190 coronas suecas por tonelada métrica de CO2. El impuesto se centra principalmente en los combustibles fósiles utilizados para calefacción y transporte, excluyendo la generación de electricidad, que en Suecia está en gran medida descarbonizada. El impuesto al carbono ha contribuido a la disminución de las emisiones de carbono de Suecia, a la vez que impulsa el crecimiento económico. Opera en paralelo al Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE UE), abarcando sectores no incluidos en dicho régimen. A pesar de las exenciones para ciertos sectores, el impuesto ha sido eficaz para fomentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables. Los ingresos procedentes del impuesto financian el presupuesto general, contribuyendo a iniciativas relacionadas con el clima. Su diseño garantiza bajos costes administrativos, lo que lo convierte en un modelo para otros países que implementan políticas de tarificación del carbono.