El milagro de Múnich (Múnich, 1972)

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La final olímpica de baloncesto de Múnich 1972 entre Estados Unidos y la Unión Soviética es famosa por su polémico desenlace. Este partido marcó la primera derrota de Estados Unidos en la historia del baloncesto olímpico, poniendo fin a su racha de 63 victorias consecutivas. Los soviéticos dominaron durante gran parte del encuentro, pero Estados Unidos logró reducir la diferencia a tan solo un punto en el último minuto. En una secuencia crucial, Doug Collins anotó dos tiros libres, pero los árbitros, de forma polémica, repitieron los últimos tres segundos varias veces, lo que finalmente permitió a los soviéticos anotar y ganar 51-50. El resultado del partido se vio empañado por acusaciones de interferencia política y errores arbitrales. El equipo estadounidense rechazó sus medallas de plata en protesta. La controversia en torno al final del partido se ha convertido en un momento decisivo en la historia del baloncesto olímpico, reflejando las tensiones geopolíticas de la Guerra Fría. A pesar de la controversia, el partido sigue siendo un testimonio del espíritu competitivo y la habilidad demostrados por ambos equipos durante un momento crucial en la historia del deporte.