Juegos Olímpicos de salto ecuestre

Sobre

El salto ecuestre olímpico es una prestigiosa prueba deportiva que demuestra la destreza y la armonía entre caballo y jinete. Consiste en sortear un desafiante recorrido de obstáculos, típicamente de unos 12 saltos, con alturas de aproximadamente 1,60 metros. Los jinetes deben completar el recorrido en un tiempo límite específico, con penalizaciones por exceder el tiempo o derribar obstáculos. La competición se divide en pruebas individuales y por equipos, cada una con medallas de oro. La prueba individual clasifica a los 30 mejores jinetes para las rondas finales, mientras que la prueba por equipos requiere tres jinetes por equipo, y se descarta la puntuación más baja. El sistema de puntuación penaliza faltas como derribos o rechazos, y elimina los errores graves. En caso de empate, un desempate determina al ganador por velocidad en un recorrido reducido. La seguridad es primordial, y los jinetes deben usar casco. La prueba destaca la agilidad, la técnica y la conexión entre caballo y jinete, convirtiéndola en un espectáculo emocionante en los Juegos Olímpicos. La competición dura varios días y culmina con ceremonias de entrega de medallas en las que se homenajea tanto a los jinetes como a los caballos.