Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki

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Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki fueron acontecimientos cruciales en la historia, ocurridos el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente. Estos bombardeos marcaron el primer y único uso de armas nucleares en un conflicto armado, causando una pérdida significativa de vidas y una destrucción generalizada. La bomba "Little Boy", lanzada sobre Hiroshima, y la bomba "Fat Man", sobre Nagasaki, causaron la muerte de entre 150.000 y 246.000 personas a finales de 1945, en su mayoría civiles. Los bombardeos formaron parte de la estrategia de los Aliados para poner fin a la Segunda Guerra Mundial sin una costosa invasión de Japón. Los bombardeos desempeñaron un papel crucial en la rendición de Japón el 15 de agosto de 1945, tras la declaración de guerra soviética. Este acontecimiento marcó el comienzo de la era de la disuasión nuclear, impactando significativamente la seguridad global y las relaciones internacionales. Los bombardeos han sido objeto de un amplio debate sobre su necesidad e implicaciones éticas. A pesar de estos debates, siguen siendo un punto de inflexión en la historia, ya que pusieron fin a la guerra e iniciaron la era nuclear, que ha dado forma a la política y la seguridad mundial desde entonces.