Sueño de calidad

Sobre

Un sueño de calidad es crucial para la salud general, abarcando la recuperación física, la función cognitiva y la regulación emocional. Implica no solo la cantidad de sueño, sino también su calidad, medida por factores como la eficiencia del sueño, la latencia y el estado de vigilia tras el inicio del sueño[2][5]. Un sueño de buena calidad garantiza que el cuerpo y la mente descansen adecuadamente, lo que se traduce en un mejor estado de ánimo, mejores habilidades para la resolución de problemas y un mayor rendimiento deportivo[3][4]. Un sueño de calidad es esencial para mantener la salud cardiovascular, regular los niveles de azúcar en sangre y reforzar la función inmunitaria[1][3]. Ayuda a eliminar toxinas del cerebro, lo que está relacionado con la prevención de enfermedades neurodegenerativas[1]. Un sueño de mala calidad puede provocar fatiga, irritabilidad y un mayor riesgo de enfermedades crónicas como las cardiopatías y la diabetes[2][3]. Mantener un horario de sueño regular y adoptar buenos hábitos de higiene del sueño son clave para lograr un sueño de calidad[3][5].