Control de la glucemia

Sobre

El control de la glucemia es un proceso complejo que implica diversos mecanismos fisiológicos para mantener los niveles de glucosa dentro de un rango saludable. El páncreas desempeña un papel crucial a través de hormonas como la insulina y el glucagón, que actúan en un ciclo de retroalimentación negativa para regular la glucemia. La insulina reduce la glucemia al facilitar la captación de glucosa en las células, mientras que el glucagón la eleva al estimular la degradación del glucógeno y la gluconeogénesis[1][3]. Otras hormonas, como la amilina y las incretinas, también contribuyen a la regulación de la glucosa al modular la secreción de insulina y el vaciamiento gástrico[1][3]. Los factores dietéticos, como la ingesta de fibra, influyen significativamente en el control de la glucemia. Los alimentos ricos en fibra, presentes en las dietas de origen vegetal, ralentizan la absorción de carbohidratos, reduciendo así el aumento repentino de los niveles de glucemia[2]. Esto ayuda a mantener niveles estables de glucosa y favorece la salud general. Además, la fibra ayuda a controlar el peso y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, lo que la hace beneficiosa para las personas con diabetes o prediabetes[2]. Un control adecuado de la glucemia es esencial para prevenir las complicaciones asociadas con la diabetes y mantener el bienestar general.