Probióticos

Sobre

Los probióticos son microorganismos vivos que, consumidos en cantidades adecuadas, aportan numerosos beneficios para la salud. Son conocidos por favorecer la salud intestinal al mantener un ecosistema microbiano equilibrado en el tracto gastrointestinal. Los probióticos mejoran la barrera epitelial, promueven la adherencia microbiana beneficiosa y suprimen la adhesión de patógenos, modulando así el sistema inmunitario y produciendo sustancias antimicrobianas como bacteriocinas y ácidos grasos de cadena corta[1][2]. Entre las cepas probióticas comunes se encuentran Lactobacillus y Bifidobacterium, que se encuentran a menudo en alimentos fermentados como el yogur[5]. Los probióticos también tienen implicaciones más amplias para la salud, más allá de la salud intestinal. Pueden reforzar la inmunidad, influir en la salud mental a través del eje intestino-cerebro y, potencialmente, favorecer la salud de la piel al reducir la inflamación[2][4]. Además, los probióticos pueden ayudar a controlar afecciones como el síndrome del intestino irritable, la intolerancia a la lactosa y la diarrea[5]. Aunque generalmente se consideran seguros, el uso de probióticos debe realizarse bajo supervisión médica, especialmente en personas con sistemas inmunitarios comprometidos[5]. En general, los probióticos son suplementos beneficiosos que contribuyen a un microbioma intestinal saludable y al bienestar general.