Mejores esfuerzos de conservación que han logrado salvar especies en peligro

Su población aumentó de una situación casi extinta a alrededor de 400 individuos gracias a la cría en cautiverio y la protección del hábitat.

Su población aumentó de tan solo 50 aves en 1967 a más de 600 en la actualidad gracias a programas de conservación y reintroducción.

Recuperado de la extinción en Luisiana, con más de 16.500 parejas anidadoras para 2014, gracias a programas de reintroducción y protección del hábitat.

Se recuperó de su estado de amenaza gracias a las iniciativas de conservación; actualmente cuenta con entre 750.000 y 1.000.000 de individuos.

La población aumentó de unos 1.200 ejemplares en 1966 a más de 80.000 en la actualidad, tras las prohibiciones internacionales de la caza de ballenas.

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Su población aumentó de menos de 10 individuos en estado silvestre en la década de 1980 a más de 400 en la actualidad, gracias a la cría en cautiverio y la restauración del hábitat.

Se recuperó de menos de 400 individuos en la década de 1960 a más de 70.000 en la actualidad, gracias a la prohibición del DDT y a la protección del hábitat.

Los sitios de anidación aumentaron drásticamente, con más de 10.000 nidos registrados en 2013 en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Archie Carr.

Se recuperó de tan solo 324 aves en EE. UU. en 1975 a aproximadamente 3.500 parejas anidadoras en la actualidad, gracias a las prohibiciones del DDT y a las iniciativas de conservación.

Se recuperó de una situación casi extinta en 2004 y se eliminó de la lista de especies en peligro de extinción en 2016 gracias a las iniciativas de conservación.