Magnesio

Sobre

El magnesio es un mineral esencial crucial para numerosas funciones corporales. Actúa como cofactor en más de 300 sistemas enzimáticos, contribuyendo a la síntesis de proteínas, la función muscular y nerviosa, el control de la glucosa en sangre y la regulación de la presión arterial[1][3]. El magnesio es vital para la producción de energía, la fosforilación oxidativa y la glucólisis. También contribuye al desarrollo óseo y a la síntesis de ADN, ARN y glutatión[1][3]. Aproximadamente entre el 50 % y el 60 % del magnesio del cuerpo se almacena en los huesos, y el resto se encuentra en los tejidos blandos[1]. El magnesio desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de un ritmo cardíaco saludable al equilibrar los niveles de calcio en las células cardíacas[2]. Ayuda a regular las contracciones y relajaciones musculares, previniendo calambres y espasmos[2]. La deficiencia de magnesio puede provocar síntomas como debilidad, fatiga y ritmos cardíacos anormales[4]. Se encuentra de forma natural en alimentos como verduras de hoja verde, frutos secos, semillas y cereales integrales[4]. La ingesta diaria recomendada varía según la edad y el sexo, y la mayoría de los adultos requieren entre 320 y 420 mg[5]. El magnesio es esencial para la salud y el bienestar general, ya que influye en las funciones cardiovasculares, musculoesqueléticas y del sistema nervioso[3].